Conocemos a Sergio de Lázaro en la fiesta de inauguración de la 80ª edición de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid y no perdemos la oportunidad, “¿podríamos entrevistarte para nuestro número de diciembre?”. Un rotundo “sí” por parte de Sergio nos llevó a intentar agendar esta entrevista en el backstage pero… Sí, terminamos mandando las preguntas por mail, y lo cierto es que al leer las respuestas nos quedamos con ganas de no haberlas vivido en vivo y en directo, ¿quieres saber por qué? ¡Sigue leyendo!

Sergio, empecemos por algo “sencillo”: ¿Qué es para ti la moda?

No creas que es algo tan sencillo (risas), en las clases que imparto en la universidad, estoy casi un trimestre intentando transmitirlo. Para mi la MODA es un ecosistema complejo donde se entrelazan, la sociedad en cada momento, con la industria de un país y la personalidad de cada individuo. Todo forma una identidad propia para propios y extraños que nos configura y adjetiva como sociedad e individuos.

Es un híbrido enorme. Si lo pienso desde un punto de vista más personal, la MODA es un elemento de comunicación y de expresión, una manera de estar en la vida, un repositorio de vivencias, recuerdos, memoria y anhelos.

“Una manera de estar en la vida, un repositorio de vivencias, recuerdos, memoria y anhelos”.

Sergio De Lázaro

¿Qué pasó por tu cabeza cuando te propusieron la dirección de Berhanyer? ¿Cómo fue?

En cierta manera es muchísimo riesgo y responsabilidad, porque no todo depende de ti en un proyecto de esta magnitud. Hay muchas cosas que en nuestro negocio están siempre en la incertidumbre y en este caso imagínate, se une la relevancia cultural de la que sabemos, es el diseñador más determinante de mitad de siglo XX en España.

Aun así la sintonía entre la familia Berenguer y nuestro trabajo fue perfecta desde el principio. Ellos buscaban poner en relieve el renacimiento de la casa y nosotros nos apuntamos enseguida con pasión.

¿Tenías alguna conexión previa con la firma? ¿Llegaste a conocer a Elio?

Desgraciadamente, no pude conocerlo, llevo trabajando a destajo prácticamente desde mi primer empleo a los 16 y siempre en otro punto alejado de la parte “creativa”. Además las cosas en determinados momentos eran diferentes y los profesionales eran mucho menos accesibles. Pero, sin lugar a dudas, he sido siempre admirador de su trabajo y lo sigo siendo aún hoy en día cuanto más estudiamos su legado. Un legado que creo que debemos de reposicionar porque no tiene la trascendencia que debe, ni se le ha dado el espacio merecido. Tanto de estudio como de influencia en la moda española.

El regreso de Berhanyer de tu mano ha sido una noticia muy bien recibida en la industria. ¿Qué esperas lograr con esta nueva etapa de la casa y cuál es tu visión a largo plazo para la marca?

Solo tengo una visión clara, hacer que BERHANYER se convierta en una “Casa de Moda” acorde con su pasado, sea la referencia de la vanguardia y se posicione junto a casas coetáneas, como BALENCIAGA, COURREGES o RABANNE. Os puedo asegurar que si El Maestro hubiese sido francés, inglés o italiano, la firma no habría caído “dormida” y, desde luego, estaríamos hablando de tener detrás una inversión como merece.

Pero en España, solo interesa otro tipo de moda. Lo relacionado con el comercio textil y digital y solo se mira a las demás para ponernos límites a nosotros mismos.

Un caso importantísimo es Rabanne, cómo han apostado desde el Grupo Puig por hacer que sea grande o, por ejemplo, COURREGES, que han empezado poco a poco pero sólidamente.

Diriges dos firmas de gran relevancia, Otrura y Elio Berhanyer. ¿Cómo gestionas la identidad de cada marca para que no se solapen entre sí? ¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrentas al dirigir dos casas de moda a la vez?

El desafío es más, casi, conmigo mismo. Soy mi propio demonio, el que decide qué es OTRURA y qué es BERHANYER y esto es algo que no puedes hacer. Tienes que ser libre y no tener miedo a que se refleje tu propia identidad. No imponerme “A o B”. Por lo tanto, me estoy congraciando con la idea de que en BERHANYER hay elementos de OTRURA y en OTRURA habrá de BERHANYER, porque salen del mismo alma y equipo. Aun así, cuando volvamos a desfilar con OTRURA creo que se verá más claramente la diferencia.

Ahora estoy construyendo una identidad completamente nueva de BERHANYER y lleva su tiempo.

La vuelta de Berhanyer a la MBFWMadrid este año ha sido un éxito rotundo. ¿Cómo lo has vivido? ¿Te ha motivado o añadido más presión?

La MBFWM es un privilegio. Estar dentro de los seleccionados es estar dentro de la élite de la Moda de España y no sé si lo merezco, pero hay una cantidad de trabajo ingente detrás y amamos desfilar. Además una vez leí, que la presión es el sentimiento de respeto que te provoca tener una posición de privilegio, solo tiene presión del que se espera algo.

Estábamos allí y vimos entre tus diseños que hubo un “guiño/homenaje” a una prenda que diseñó en su día el propio Elio, ¿qué te llevó a este guiño?

El compromiso con el legado de Elio Berhanyer no es un decir, nos ocupamos de ello. Por eso llevamos desde 2023 trabajando codo con codo con el Museo del Traje y por eso decidí, que siempre iba a cerrar los desfiles de BERHANYER en esta nueva época con una reproducción de un vestido de El Maestro. Un vestido que posteriormente donamos al Museo del Traje junto con su patrón digitalizado y la toile.

Pasemos a la acción: ¿Dentro del proceso creativo, cuál es el momento en el que inviertes más tiempo?

Sin lugar a dudas a autocriticar ferozmente las colecciones, cuestionarlas y volver a empezar. Además las creamos a la vez, las piezas, el discurso del desfile y su futura implantación en la tienda. Es un todo indisoluble. Posteriormente, el trabajo sobre el patrón y la toile es básico, debemos ser exigentes al máximo.Si no es excelente debemos volver a atrás y repatronar.

“Si no es excelente debemos volver a atrás y repatronar”.

Sergio De Lázaro

¿Cuál te gusta más? 

Las pruebas de toile, cuando empiezan a tomar forma las ideas, pero también el corte del tejido, es casi como otro momento de creatividad. Hay algo muy manual en ello, toco mucho el tejido, es casi como cuando un chef, está preparando los elementos de un plato, que tocas la superficie de los alimentos, la textura, y ya estás proyectando cómo olerá o cuál va a ser su sabor. Igual que puedo oler si algo está salado o insípido, cuando cortas ya sabes si va a funcionar algo. 

Has mencionado que “sin patrón no hay moda”. ¿Por qué es para ti tan importante y cómo lo integras en tus colecciones?

Porque el patrón es el que habla. Es nuestro patrimonio, es la receta y el alma. Es la diferencia entre los diseñadores que compran prendas y las modifican y los que creamos con el equipo desde cero. Quienes compran una gabardina y escogen los acabados y los que creamos desde cero la silueta. Nuestro patrón solo es nuestro, porque lo hemos creado y trabajado, es nuestro oficio. Es lo que nos permite crear siluetas únicas que pueden influir en los demás, que pueden apasionar.

“El patrón es el que habla. Es nuestro patrimonio, es la receta y el alma”. 

Sergio D.L

¿Cómo describirías la influencia que han tenido casas como Hermès y Dior en tu visión como diseñador?

En todo, soy hijo profesional de la tradición francesa, con sus cosas buenas y no tan buenas. Con su exigencia y con su ojo vivaz. He aprendido el respeto por los oficios y la humildad de saber que nunca lo vas a hacer mejor que otros, asumir que sin trabajo constante nada tiene valor. Creo que hay algo de protestantismo en mi interior. Intento redimir todo con el trabajo.

También me ha permitido configurar la visión y misión que quiero para las casas para las que trabajo o trabajaré en un futuro y ver la moda como un medio de expresión cultural identitario de la persona pero también de la comunidad.

La sostenibilidad es un tema clave en la moda hoy en día, ¿cómo abordas este aspecto tanto en Otrura como en Berhanyer?

Sustituyendo la palabra “sostenibilidad” por “responsabilidad”. Debemos ser conscientes de que nadie necesita una nueva blazer, y nadie necesita otro bolso, pero hay algo en nuestro oficio común con el arte y es la capacidad de influirnos químicamente en nuestro cuerpo, a través de nuestros ojos y manos, de su olor, nos apasionamos y soñamos y algo instintivo que se apodera y nos apasiona.

Sabiendo que esos son los mimbres subjetivos de nuestro trabajo, debemos ser coherentes con nosotros mismos, saber hasta dónde podemos llegar en tomar medidas para reducir nuestro impacto climático. Todo lo demás son tonterías absurdas. Saber hasta dónde se llega y ser transparentes.

Nosotros compramos tejidos exclusivamente en Europa y confeccionamos en España, estamos fuertemente involucrados con la formación de los futuros diseñadores y profesionales de la moda y contratamos siempre a quienes han realizado antes prácticas en nuestra casa.

Ahora todos hablan del armario emocional, de arreglar las prendas e incluso de Re_Costura, sin saber que fuimos nosotros quienes creamos esta palabra. Antes del 2021 y del “slow fashion nacional”, éramos los que hacíamos vestidos con tejidos de finales del S. XIX, hablábamos de Re_Costura y de volver a dar vida a las prendas que contienen nuestros recuerdos. Nuestros zapatos empezaron en un artesano en Italia, porque la industria del calzado aquí en España, no quería producir pocas cantidades, y si lo hacía eran de ínfima calidad, siendo imposible repararlos, por ejemplo. Se nos llena la boca de hablar del “Made in Spain”, pero también tenemos que decir que es muy difícil que te admitan producciones pequeñas, porque no quieren ni oír hablar de ello. Por eso nosotros hemos creado nuestro propio taller.

¿Qué crees que necesita la industria de la moda española para tener un mayor impacto global? 

Inversión. Claramente inversión. Porque con ella, podemos comunicar, podemos crecer, podemos llegar a las personas que ahora solo son impactadas por los grandes grupos. Podemos ilusionar y podemos hacer que la gente tenga orgullo de Moda Española.

En 1985, un empresario francés, dejando a un lado, digamos la controversia, vio claramente que reviviendo las casas de moda históricas de Francia, se podía crear algo inmenso. Era Bernard Arnault y estaba comprando la empresa matriz de Christian Dior. Ahora nadie discute este emprendimiento, ni el de Pinault en Kering. En España solo ha interesado en los últimos años Hawkers, Nude y empresas similares donde encuentran una evolución en forma de explosión, no empresas de cultura sólida y que perduren, solo empresas de dropshipping o virtuales, dejando que “inventen otros”.

Por eso valoramos tanto al Grupo Puig, porque es un rara avis en nuestro país. Ojalá hubiese más valentía a largo plazo y visión de futuro.

Intuimos que estás ya con la próxima colección, ¿podrías darnos alguna pista? ¿Por dónde van a ir las tendencias fall-winter ´25?

Ha sido la primera vez que prácticamente el día después del SS25 nos hemos puesto a trabajar en el AW25_26 y vamos con todo, sinceramente. Hemos tomado consciencia de nosotros y lo que queremos y vamos a buscar elevar mucho más nuestros estándares. Queremos que os ilusionéis y que no se sepa si nuestra colección está en la MBFWM o en la PFW, que no se sepa si es una consagrada o BERHANYER.

Queremos seguir apasionando.

¡Muchísimas gracias por tu tiempo Sergio! Nos vemos en febrero…

Texto: Paola Bonilla
Fotografía: María Novo