Charlamos con Irene Negrín, asesora en Igualdad y Diversidad, sobre el significado de la igualdad, la importancia de comunicarnos de forma igualitaria o cómo una educación rica en valores es fundamental para el desarrollo de las sociedades del futuro.

Sobre el tintero se nos han quedado muchas preguntas, pero esperamos que esta entrevista te inspire o, por lo menos, te permita saber un poco más sobre cuestiones que, a veces, invisibilizamos en la cotidianeidad del día a día.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Igualdad? ¿Es solo de género? ¿Crees que en los últimos años este concepto ha podido llegar a perder su significado o todo lo contrario?

Cuando hablamos de igualdad nos referimos a la necesidad de que todas las personas estén representadas y sean visibilizadas en todos los espacios de la sociedad, que todas tengamos las mismas oportunidades y los mismos derechos.

No obstante, la igualdad va más allá de lo que se recoge en la normativa, y son aquellas acciones que hacemos día a día como individuas o colectivos para reconocer la diversidad de nuestro entorno.

La igualdad es de género, por supuesto, pero no sólo de género.

Muchos ejes nos interseccionan como personas, el género es uno de ellos y uno determinante en las discriminaciones que sufrimos o en los privilegios que disfrutamos, pero también nos intersecciona nuestro origen racial o étnico, la clase social a la que pertenecemos, nuestro entorno económico y social, nuestra identidad u orientación sexual, expresión de género, etc.

En los últimos años el concepto de igualdad de género ha experimentado una ampliación del mismo, puesto que en las pasadas olas del movimiento feminista la igualdad de género se reducía al acceso al mercado laboral, luego en la equiparación de salarios, y actualmente estamos hablando de otros espacios -ciencia, salud, trabajo doméstico, por nombrar algunas- donde la igualdad de género, en este caso, tiene que estar garantizada y blindada.

Actualmente eres asesora en Igualdad y Diversidad, ¿qué te animó a realizar esta especialización?

La lucha por la igualdad de género y la diversidad me ha acompañado desde hace muchos años.

Siempre cuento que conocí el feminismo y empecé a llamarme feminista en una fecha muy concreta, en diciembre de 2013, gracias a Beyoncé con su canción ***Flawless, que incluye un fragmento de la TedTalk de Chimamanda Ngozie “We should all be feminists”.

Sin embargo, durante la totalidad de mi desarrollo académico el feminismo y la igualdad fueron algo secundario que, aunque se entremezclaban e inundaban todo aquello que hacía, no concebía como una salida profesional.

Cuando terminé la carrera me encontré bastante perdida laboral, académica y profesionalmente y, aunque había ojeado diferentes másteres de igualdad de género de las universidades de mi entorno, no me decidí por ninguno hasta que una amiga me animó a realizar el Máster de Estudios de Género y Políticas de Igualdad de la Universidad de La Laguna con ella.

En esos dos años de máster me decidí por la modalidad de Políticas de Igualdad y así es como me he especializado en el asesoramiento en esta materia, de la que me he enamorado profundamente.

En RRSS existe mucha desinformación y hate pero también hay quienes realizan una gran labor de divulgación y concienciación como @abrazogrupal, @transtelar o @igualdad.lgbti.lalaguna, ¿alguna que nos recomiendes?

Las RRSS tienen una potencialidad de divulgación fascinante, muchas de ellas hacen un trabajo maravilloso de información no solo sobre igualdad sino sobre otras luchas y movimientos sociales.

Me encantan las cuentas que mezclan humor con crítica social, como @fluorrazepam2 o @mememasculinidad. Otras que reivindican y generan conversación sobre la canariedad y nuestra historia con perspectiva de género como @canariasresiste o @mujerescanarias.

Por supuesto la asociación @diversaslgtbi que hacen un trabajo magnífico de divulgación de conocimiento afectivo-sexual inclusivo. Sobre violencia estética @nadiamartinphoto y su proyecto @imposiciondebelleza.

Sobre experiencias de personas racializadas en España con perspectiva de género a @afropoderossa o @afrofeminas. Luego sigo contenido anglosajón que hacen divulgación sobre cómo navegar la soltería y el uso de aplicaciones de citas desde el feminismo, con mezcla de humor, como @datingis_terrible; también sigo a @kardashian_kolloquium que hace ensayos con perspectiva feminista sobre el fenómeno Kardashian sin caer en tópicos machistas, o a @paigelayle sobre el autismo en mujeres.

Según el Índice Global de Brecha de Género 2020, España ocupa el octavo puesto en materia de igualdad, ¿qué medidas presentes en otros países crees que podrían aplicarse en España?

Considero que no es tanto tomar las mismas medidas de otros países, sino diagnosticar y reconocer la realidad de la totalidad de territorios del Estado español para realizar acciones en materia de igualdad que sean efectivas y eficientes.

Para ello es necesario un pacto estatal que blinde la igualdad de género, que establezca medidas inamovibles y subvenciones a programas, proyectos e iniciativas en esta materia.

Ya existe el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, pero hace falta uno de igualdad de género más amplio, en el que se implique a las diferentes administraciones y organismos del Estado, donde las comunidades autónomas puedan ajustar sus medidas a la realidad que tienen.

Por otro lado, también se torna necesario que la profesión de consultoría y agentes de igualdad de género y diversidad sea reconocida como tal y regulada dentro del Estatuto de Trabajadores. Que exista esta profesión como epígrafe, para evitar así el intrusismo laboral y que se puedan realizar las acciones de igualdad necesarias con efectividad, como la normativa indica.

Es paradójico que tengamos tanta normativa en igualdad que establezca la obligatoriedad a las empresas de tener planes de igualdad, pero sin embargo no se haya regularizado la profesión que permite que estas acciones se lleven a cabo de la manera más eficiente y eficaz.

A principios de año la Asociación Profesional de Consultoría de Género (APCGénero) y la Federación Estatal de Agentes de Igualdad de Oportunidades (FEPAIO) difundieron el Manifiesto por la profesionalización.

¿Y qué sucede en Canarias? ¿Dirías que somos una sociedad concienciada y comprometida con la causa o todavía nos falta mucho por aprender? El pasado mes de julio el gobierno canario, sindicatos y patronales del archipiélago suscribieron el primer acuerdo autonómico de concertación social sobre igualdad y brecha salarial de España.

En Canarias hemos ido a la vanguardia de muchas de las normativas en materia de igualdad y diversidad.

Nuestra ley de violencia de género es más amplia que la estatal, las leyes de igualdad LGTBIQ+ y expresión de género son pioneras en el Estado.

Las administraciones canarias hacen y han hecho un esfuerzo y trabajo día a día por reconocer la igualdad e insertarla en todos sus departamentos, la suscripción de este acuerdo es un ejemplo más del compromiso que la administración pública canaria tiene con la igualdad.

Como todo, siempre se puede mejorar y ampliar muchísimo más, este acuerdo puede dar pasos a elementos transversales de la realidad canaria que perpetúan la desigualdad de género, sobre todo en materias como empleo, vivienda y protección social, donde normalmente las mujeres y los colectivos minoritarios se encuentran en situaciones de desventaja.

A la hora de educar en igualdad a un niño y a una niña, ¿se deben tener en cuenta las barreras sociales y culturales que todavía diferencian a un género de otro? ¿Debería primero formarse todo el personal docente al respecto?

Por supuesto. Se debe tener en cuenta pero se debe educar a las niñas y niños en igualdad, reconociendo y haciéndoles partícipes de las diferencias que puede acarrear cómo se les lea en sociedad.

Sin embargo, creo que no se debe hacer desde un tono victimizante para las niñas y culpabilizador para los niños, sino todo lo contrario, debe hacerse desde el entendimiento y la deconstrucción de estereotipos y roles que desgraciadamente vamos aprendiendo desde pequeñas.

Es más, últimamente muchas familias abogan por la crianza agenérica, de forma que las peques no sean educadas en función de su sexo asginado al nacer, sino que conforme crecen vayan desarrollando la propia identidad y expresión de género con la que se sientan más cómodas.

En cuanto a la educación en la escuela, por supuesto que debe hacerse desde una mirada inclusiva y con perspectiva de género, y eso pasa principal y fundamentalmente por la formación en igualdad de todo el personal docente y el personal escolar (no solamente profesorado, sino también el personal de cuidados, de servicios de comedor y de limpieza, por ejemplo).

Tenemos que tener en cuenta que la escuela también es una agente principal de socialización, por ello, lo que aprendemos en este espacio va a formar parte indiscutible de nuestra red de valores y de nuestra identidad.

Si no se nos educa en valores de igualdad desde temprana edad, si no se refuerzan estos valores, mejor dicho – porque nadie nace discriminando -, la tarea de deconstruirlos una vez somos conscientes es muy complicada.

Bajo tu punto de vista, ¿qué papel juega el lenguaje inclusivo en la lucha por la igualdad?

Uno de los papeles más fundamentales.

El lenguaje es la herramienta que nos permite crear realidades, reconocer la diversidad y respetar a la otra persona.

“Lo que no se nombra no existe”, decía George Steiner y luego recupera Eulalia Lledó; si no le ponemos nombre al problema, difícilmente vamos a poder identificarlo para luego solucionarlo.

Así pasó, por ejemplo, con la violencia de género; hasta que no se la llamó como debía, se seguía considerando un problema privado entre parejas heterosexuales, y no un problema estructural y social como el que es, y no se pudieron elaborar estrategias y acciones específicas para su erradicación y prevención.

Es por ello que el lenguaje inclusivo es uno de los pilares fundamentales en las acciones por la igualdad, en la integración de la perspectiva de género en todo aquello que realicemos, desde las instituciones públicas, como marca la ley, pero también en las acciones individuales en nuestro día a día, en las conversaciones con nuestras familias, nuestras amistades o nuestro entorno.

¿Basta simplemente con utilizar palabras neutras, evitar el uso del masculino genérico o va más allá?

Esas son algunas de las herramientas que se deben utilizar, pero por supuesto que va más allá.

Muchas veces, en argumentos en contra del uso del lenguaje inclusivo, escuchamos que debemos partir de la “economía del lenguaje”, de reducir la complejidad lo máximo posible.

Sin embargo, esta economía del lenguaje normalmente consiste en dejar fuera de nuestro discurso muchas realidades, y las acabamos invisibilizando todavía más, por lo que de nada nos sirve esa economía del lenguaje si ésta implica dejar fuera del discurso a gran parte de la realidad en la que vivimos.

Ya no solo se habla de lenguaje inclusivo, sino de comunicación igualitaria, donde ya no sólo es lo escrito o lo oral, sino que las imágenes y el contenido que utilizamos también sean inclusivas e igualitarias.

No sirve de nada que no utilicemos el masculino genérico si las imágenes que lo acompañan perpetúan un discurso discriminatorio, heteronormativo, patriarcal, androcentrista, que no representen todas las realidades.

Entonces, ¿qué podemos hacer para comunicarnos de forma inclusiva? ¿Algún consejo o truco que pueda servirnos de ayuda?

Ser muy conscientes del lenguaje que utilizamos y las implicaciones que tiene y partir siempre desde el respeto.

Es más complicado hablar con lenguaje inclusivo que redactar, está claro, pero poco a poco podemos ir integrándolo en nuestro día a día.

Por ejemplo, acostumbrarnos a presentarnos diciendo cuáles son nuestros pronombres, dando visibilidad a las personas no binarias o trans* que utilicen pronombres neutros.

Yo intento nombrar en femenino plural en todas las ocasiones, partiendo de que somos personas, así que siempre digo “nosotras” (las personas).

Está claro que hablar de forma inclusiva es al principio un poco chocante, pero poco a poco nos vamos acostumbrando, y ahora incluso me parece raro cuando se habla en lenguaje no inclusivo.

No nos cabe duda de que este tema daría para muchísimas preguntas más, ¿nos recomiendas algún libro, película, serie o documental que permita a quienes nos leen seguir aprendiendo sobre ello?

La última serie que he visto sobre igualdad es Mrs. America en HBO, que trata sobre la aprobación de la Equal Rights Amendment en los años 70 en Estados Unidos, desde la perspectiva de una activista política en contra de ella.

En temática estadounidense también está la película Una cuestión de género de Netflix, que trata sobre la vida de la jueza Ruth Bader Ginsburg.  La película Hidden Figures trata sobre tres mujeres afroamericanas y su labor en la NASA en los años 60.

El corto Binta y la gran idea, buenísimo para deconstruir una visión paternalista de Senegal. El documental Memorias aisladas de Daniasa Curbelo, sobre la realidad de cuatro personas trans.

Muchas gracias por darme esta oportunidad y por estas preguntas tan interesantes, he disfrutado mucho respondiéndolas.

¡Muchísimas gracias a ti! Vaya masterclass sobre igualdad, comunicación igualitaria y derechos humanos nos has brindado.

Devo López