Los investigadores están demostrando lo que ya se sospechaba desde hacía mucho tiempo; la alimentación no solo determina el estado de nuestro cuerpo sino que también influye en nuestro cerebro, nuestra piel y nuestras emociones. Los problemas que suelen conllevar esta estación son los graves riesgos a los que se expone nuestra piel al estar durante mucho tiempo en contacto directo con el sol. Los rayos ultravioletas son los principales causantes de las enfermedades cutáneas en verano y, por ello, debemos de estar prevenidos y fomentar el cuidado de la piel pero, esta vez, desde dentro hasta fuera también.
Además de prestarle más atención a la piel en verano, debemos darle las mismas atenciones que el resto del año asegurándonos de:
– Lavarla dos veces al día, exfoliarla una vez por semana y aplicar mascarillas hidratantes y cremas o lociones corporales para evitar la deshidratación de la piel debido a las altas temperaturas.
– Aplicar un fotoprotector facial a diario y otro corporal que se adapte a nuestras necesidades y que sea de buena calidad, ¡consulta con tu farmacéutico de confianza!
El sol, que siempre había estado ahí, ahora ejerce su poder oxidativo con más fuerza al haber disminuido parte de la protección natural que teníamos gracias a la capa de ozono.
La desprotección no solo nos produce quemaduras en la dermis sino que además acelera envejecimiento (fotoenvejecimiento) y puede ser responsable de manchas en la piel, incluso de cáncer.
¿Quieres saber cómo cuidar tu piel desde dentro?
1- Mantente bien hidratado. Bebe entre 2 y 2,5 litros de agua diariamente a través de bebidas y alimentos. En esta época no es necesario tener sensación de sed para beber líquidos, es mejor adelantarse a ella.
2- Verduras y hortalizas al menos dos veces al día en su mayoría crudas o cocinadas al dente para mantener sus propiedades. Mézclalas y utilízalas en cantidad (verduras de temporada, prioritariamente, de agricultura local y ecológica).
3- La fruta como elemento imprescindible en esta estación del año. Al menos 3 piezas de frutas al día. Su aporte de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes potentes como la vitamina C, los polifenoles y los carotenos nos protegen del fotoenvejecimiento y las quemaduras.
“Un buen zumo natural con varias frutas y alguna verdura como manzana, apio, pepino y melón puede completar la ingesta diaria”.
4- Cereales integrales como la mejor opción para tus ensaladas y “bocadillos playeros” ya que aportan a nuestra dieta más fibra, vitaminas y minerales.
«Un sándwich de espelta integral con queso fresco blanco de cabra, rúcula, tomate y bonito puede ser una opción magnífica».
5- Las legumbres no son un alimento de invierno… y si aún piensas eso, debes modernizarte porque este alimento en formato de ensalada ¡está riquísimo! Al menos dos veces en semana para aportar fibra y cantidad de nutrientes.
Por ejemplo, una ensalada de garbanzos, zanahoria, habichuelas troceadas, pimiento amarillo y unas alcaparras si te gustan puede ser un almuerzo proteico y vegano perfecto.
6- El pescado y el verano. Quizás debido a la gran cantidad de tiempo que pasamos junto al mar, quizás por la sensación de salitre en el cuerpo, quizás por el olor a musgo cuando damos un paseo al atardecer… Son muchas las ocasiones que despiertan las ganas de comer pescado y es una época buenísima para hacerlo por su alto contenido en ácidos grasos esenciales, omega 3, fósforo, yodo y, cómo no, proteínas.
«Pescado guisado, a la plancha, a la parrilla, al papillote, al horno, al vapor o salteado son las mejores opciones para cocinarlo».
7- Un descenso en los niveles de bacterias probióticas puede hacernos propensos a inflamaciones, quemaduras solares y una lenta curación de las mismas. Presta atención a los alimentos fermentados ricos en probióticos como yogur o kéfir de cabra, sopa de miso o algún suplemento con probióticos y prebióticos.
8- ¡Los helados! La pregunta del millón siempre es… “¿Y me puedo comer un heladito aunque sea?” Este año pásate a la moda de hacértelo tú mismo, en casa, de manera sencilla, rápida, sana y sabrosa.
En verano… ¡A todo color! Alimentos vegetales amarillos, rojos, naranjas, verde intenso, morados… Es importante darle color a tu dieta, variar tu alimentación, arriesgarte a probar otras cosas y experimentar la sensación de bienestar contigo mismo cuando prestas un poco de atención a tu salud. Sé consciente de que la autogestión de la salud, el equilibrio físico, mental y emocional viene a través de la alimentación.
Lucía Corominas (coach nutricional)