Es un término que se ha puesto de moda en los últimos años, en España concretamente a lo largo del año 2017. A menudo surge la duda “existencial” de lo que significa, cómo puede ayudarme y en qué se diferencia de un tratamiento dietético tradicional. Por supuesto, el coaching nutricional no sustituye el conocimiento del dietista-nutricionista, sino que lo complementa de manera perfecta. Estos aspectos son complementarios si el profesional tiene ambas titulaciones o si el dietista, también si el nutricionista trabaja en sinergia con un especialista en coaching nutricional.
Por un lado está el conocimiento técnico del dietista o nutricionista para hacer una valoración del estado nutricional del paciente para así poder diseñar la pauta que mejor se adapte a las necesidades particulares. Por otro lado, está el enfoque del coaching nutricional que aporta las herramientas necesarias para que el cliente lleve a cabo las pautas marcadas de una forma correcta.
El coaching nutricional es un proceso a través del cual el paciente identifica y vence sus obstáculos, crea el entorno adecuado y adopta la actitud y la determinación desde sí mismo para lograr un cambio en su alimentación logrando a su vez mejorar hábitos de vida y convertirlos en más saludables.
Un coach trabaja sobre los objetivos del cliente, la motivación, las emociones vinculadas a la alimentación, el ejercicio físico, etc. Es decir, trata a nivel global todas las herramientas que interfieren entre una persona y su alimentación. Este sistema permite al profesional trabajar de manera personalizada en base a las necesidades de cada persona, dar las herramientas necesarias y acompañarlo en el proceso. Permite al cliente ser el protagonista del nuevo plan a llevar a cabo y descubrir capacidades que él mismo desconocía que poseía.
“Sé consciente a nivel personal de que, cualquier cambio que quieras lograr únicamente depende de ti”
¿Cómo identifico si el coaching es la mejor opción para mí?
- Si tienes falta de motivación para seguir una dieta.
- Si te saboteas a ti mismo o si sientes que has fracasado con distintos tipos de dietas.
- Si crees que no te alimentas bien debido a la falta de tiempo para hacer la compra o cocinar.
- Si tienes demasiado estrés y no prestas suficiente atención a la alimentación.
- Si sueles estar enfermo.
- Si has superado una enfermedad recientemente y te apetece cambiar hábitos de vida.
- Si eres deportista y quieres aprender a alimentarte para obtener el mejor rendimiento.
- Si crees que hay otras circunstancias externas a la alimentación que te perjudican en este ámbito.
- Si deseas mejorar tu alimentación y la de tu familia.
Existen infinitas opciones por las que esta vía puede ayudarte a cambiar algunos patrones, solo tienes que querer hacerlo y buscar al profesional que mejor se adapte a lo que necesitas.
¿En qué me puede ayudar el coaching nutricional?
Este sistema puede ser la herramienta fundamental en la organización de la alimentación, la parte más básica para conseguir nuestros objetivos. Si aprendemos a organizar nuestros menús semanales podremos elaborar una lista de la compra consciente, un recurso eficaz para ahorrar en nuestras compras y no tirar apenas comida. Realizando los menús semanales conseguimos cumplir con las ingestas diarias y semanales recomendadas, y así que nuestra alimentación sea equilibrada y completa.
Podemos comparar nuestro cuerpo con un coche, nos vestimos reflejando nuestra personalidad y nos compramos el coche que más nos va, nos hacemos revisiones médicas y se las hacemos también a nuestros vehículos, buscamos la mejor gasolina y al mejor precio para mantener el mayor tiempo posible la vida de nuestro coche pero… ¿Lo hacemos con nuestra alimentación? ¿Cuánto interés le ponemos a lo que comemos día a día? ¿Queremos durar el mayor tiempo posible con la mejor calidad de vida? La alimentación es para nosotros lo que la gasolina es para un coche.
Es cierto, que en estos últimos años los buenos y malos hábitos alimenticios han salido a la palestra llegando incluso a confundirnos sobre qué debemos de consumir. Tenemos a nuestro alcance demasiada información sin poder llegar a diferenciar con claridad cuál es la correcta y cuál queda exenta de manipulación. En esto, solo queda tu intuición y curiosidad para seguir tras la pista de lo que más te suena en base a tus necesidades ya que, nada está mal y nada está bien. Todo depende de la situación en la que estés, qué proceso estás viviendo en este momento, si tu objetivo es a corto o largo plazo y sobre todo, si estás 100% disponible y preparado para realizar cambios en tu vida.
Continuamente nos llega información sobre la salud de nuestros seres queridos sacando el miedo desde lo más profundo de nuestras emociones, poniéndonos alerta y en situación real sobre nuestros cuidados y cuestionándonos nuestros hábitos de vida. Cuando sentimos esto, debemos de extenderlo en el tiempo para que nos de tiempo a reflexionar sobre qué queremos cambiar o mejorar en nuestra vida. Cuando tomamos este tipo de decisiones no solo ponemos todo de nuestra parte para contribuir a la mejor calidad de vida posible, sino que nuestra consciencia descansa y comienza a sentirse plena día a día.
«El coaching nutricional trabaja sobre los objetos del cliente, la motivación, las emociones vinculadas a la alimentación, el ejercicio físico, etc.»
Lucía Corominas, coach nutricional