En el número 15 de la calle de Alfonso Gómez, en Madrid, se encuentra uno de los lugares con más historia -y mejor aroma- de la capital: Cafés La Mexicana. Tras 129 años, y contando, aún conserva ese toque tradicional que tanto gusta y satisface a los sentidos.
Un café tradicional
La historia de este particular café comienza a finales del siglo XIX, cuando una mexicana se instala en el país de sus padres enamorada del ambiente alegre y acogedor de Madrid. Allí, con ganas de comenzar una nueva vida y poner en marcha un negocio, se hace con una pequeña tienda en la calle de Preciados y comienza a vender café. Nacía así “la tienda de La Mexicana”.
Su café, aunque excelente, no era propio; José Rodríguez, el abuelo de la actual directora de la empresa, Iria Rodríguez, fue uno de sus principales proveedores de grano. La historia de cómo empezó a trabajar el café y colaborar con “la mexicana” es, asimismo, igual de curiosa: en una ocasión Rodríguez recibió un saco de café como pago y comenzó su nuevo oficio como tostador. Lo hacía desde el propio patio de su casa, de una manera totalmente artesanal. Y no tardó en encontrar catadores: sus vecinos cayeron seducidos ante el intenso aroma de la moca.
La mexicana y José Rodríguez, además de ser socios comerciales, mantenían una relación de aprecio y respeto mutuo. Tanto, que ella acabó manifestando su deseo de que fuera el propio Rodríguez quien continuara la labor a los mandos de La Mexicana. Así, en los años 30, la tienda se traspasó a manos de su familia.
Conforme se suceden los años y las épocas, la demanda de café aumenta, haciendo que la familia Rodríguez expanda el negocio a otros 16 establecimientos, repartidos entre Madrid, León y Toledo, logrando que el característico y singular aroma de La Mexicana se integre también en estas ciudades.
Un café de récord
El éxito de este café, tan tradicional y a la vez tan a la vanguardia, se ha gestado a fuego lento gracias a las personas que creyeron en el proyecto de la mexicana con la ilusión de obtener el mejor café.
Así, en 1991 su tienda de la calle Preciados de Madrid, donde nació La Mexicana, hizo su aparición en el Libro Guinness de los Récords, acreditando así que en los 25 años anteriores se habían distribuido 5,3 millones de kilos de café; es la tienda que más café ha vendido del mundo, con tan solo 20 metros cuadrados.
129 años después de los primeros momentos de La Mexicana más de 2.000 personas de media pasan por sus tiendas al día. Pero, ¿a qué se debe su éxito y por qué se erige como una de las opciones predilectas a la hora de tomar café?
Además de por su historia, sobre todo, por su inconfundible aroma y su frescor. Cafés La Mexicana no cuenta con stock de café tostado; tuestan a diario y lo reparten todos los días para conservar su fragancia y frescura.
Otra de las señas de identidad de la marca es que el café se sigue tostando a mano. En 2013 fueron pioneros en crear una tienda online de café desde la que poder elegir el café y el punto de molido dependiendo la cafetera a través de un recomendador para recibir en el punto de destino 24 horas más tarde.
Un nuevo café
Cafés La Mexicana, además, dotó a su gama de cafés de especialidad de una marca propia: Fanático. Aunque conserva la tradicionalidad, es una nueva forma de disfrutar del grano de café tostado a mano. Con un cuidado surtido de cafés de especialidad 100% arábica han conseguido transmitir su pasión extrema por un café auténtico que invita a que cada paladar elija la opción que más le guste, en cada momento.
En su fábrica de Madrid puedes encontrar su coffee-lab Fanático Café, el último escalón del proceso que propone La Mexicana. Esta cafetería invita a degustar el café directamente desde su origen, la fábrica, donde lo tuestan cada mañana. Como ellos mismos lo califican: “un ritual para fanáticos del buen café”.
Cafés La Mexicana es una marca especial con mucha historia y con un aroma inconfundible que certifican su éxito desde 1890. Una marca que nació gracias a una mexicana de la que nadie recuerda su nombre como un pequeño negocio en la calle Preciados y que tras 129 años, sigue formando parte de la vida de quienes creyeron, y siguen creyendo, en el proyecto de la mexicana y José Rodríguez.
Ally Souza